Junio con J de j**** mayo, ¡te has pasado!

La vida te arrolla, estés lista o no. Así que: cafecito y a seguir

Holy shit, mayo me acaba de pasar por encima como un camión desbocado lleno de troncos de madera cortados, en una carretera estrecha, llena de curvas, como si de una película americana se tratase.

Tuve un bloqueo (ya, ya sé que lo sabéis, solo estoy recapitulando) y cuando estaba aquí yo todo chill, con mi cafecito, dando mis pasitos pequeños pero firmes para salir del bloqueo… ¡pam! Mayo llega, llenito de eventos canónicos, de esos que te dejan descolocada, bloqueada y nerviosa.

Porque, si, lo admito, este año, después de vivir un 2024 tan loco y removido, estaba en modo hivernación. De hecho un día le dije a una amiga: tía y si no estoy perezosa ¿y si estoy depre? Porque los planes ya no me apetecían, ahora todo era ‘buah, tu, qué pereza’. Era, ¿eso o quedarme en casa? No sé cómo explicarte… jajajaja

Y mi amiga, supersabia, me dijo: tía, dale a tu sistema nervioso un poquito de chance que se está recargando. Pues bien. Parece que ya o espabila (mi sistema nerviso, digo) o nos come el tiburón. Parece que la primavera ha llegado en un día y medio y guapa o comes o te comen. Hay que vivir y hay que hacerlo ya.

Y yo estoy en plan: no, pero un ratito más… Quiero seguir en la calidez de mi cama sin dramas, sin miedos, sin frío, sin peligros… Y la vida está subiéndome la persiana de golpe y tirando de la manta de la forma más desagradable posible.

Y mira, que yo necesito mis tiempos para despertarme. Que a mi así con prisas y mal, no me va. Yo, necesito mi horita de silencio, de tomar el café mirando al infinito, de skincare relajado, de sentarme en la bañera a que se caliente el agua… Y con la vida, pues con la vida igual, chica. Tengo mis tiempos.

Que sí, que lo he pillado, que espabile, que viva, que ha pasado medio año y llega junio con las rebajas (literalmente) y lo voy a hacer, pero voy a poner el ritmo yo, déjame que me tome un café primero. O dos…

Total, que necesito un plan de acción. (Qué me gusta a mi un plan de choque). Es increíble, yo siempre he sido la de caer siempre en la misma piedra y darme igual, la de aventurarme y no pensar las consecuencias y, de repente, me estoy viendo demasiado cómoda en mi seguridad, así que es el momento de hacer algo.

Así que, como dice mi chat gpt:

“No nací para esconderme. Estoy viva, y vuelvo por mí.”

La adoro pero no sé cómo decirla que no me hable en argentino sin que se ofenda. Y que no se ofenda nadie eh, solo es que no es así cómo me la imagino.

1. Lo primero es, vivir plenamente consciente

Tener unos hábitos de felicidad, cero prisas y mirarse mucho al espejo y dentro de una misma. Por eso me he confeccionado estas mini rutinas.

Tu rutina de mañana (el anclaje del día):

• Masaje drenante – habitas tu cuerpo, no lo dejas abandonado.

• Café sagrado – no porque lo necesites, sino porque te lo mereces.

• Meditación (11 min) – respiras contigo, no con lo que falta. Yo lo hago con un vídeo de afirmaciones que oye, mano de santo.

• Lectura / Vídeo motivador – alimentas tu mente antes que el algoritmo.

• Ejercicio (30 min) – mueves tu energía, no solo tu cuerpo.

• Skincare – no por vanidad, sino porque tu piel también merece atención y cariño.

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Tu rutina de noche (la rendición consciente):

• Skincare como ritual de cierre – limpias lo que no va contigo.

• Masaje y cuerpo a cuerpo – contacto contigo, sin distracción.

• Afirmaciones suaves, reales – tipo: “Hoy hice lo mejor que pude. Mañana me sigo eligiendo.” He encontrado un canal de spotify que pufff

• Sin móvil antes de dormir – porque la última conversación debe ser contigo, no con el mundo y un poquito de lectura.

2. Encontrar mi equilibrio.

Pues esto, como todo, ¿no? Me quité las redes sociales, las apps de compras, todo vínculo con el exterior y de repente: toma dos tazas. Si es que te juro que creo que la vida me pone a prueba que nos manda justo lo que necesitamos superar.

Pero ¿no será mejor que aprendas a manejarlo alma de cantaro? Bueno, ahora que esto ‘desenganchada’ (creo')… es el objetivo. No hacer una de ojos que no ven, corazón que no siente.

Ser consciente y elegir en mi beneficio. Poner límites no significa no vivir, significa ‘hasta aquí’.

3. Reconectar conmigo misma: necesito mi ancla

Porque, lo confieso, mi estado catatónico no solo se ha sido con el mundo exterior, si no también conmigo misma. Holaaaa piloto automático.

¿Por qué dejamos de hacer las que nos gusta tanto hacer? Me lo voy a tomar como que me he reseteado (o lobotomizado) y ahora voy a reprogramarme.

Por ejemplo: yo, que vivo para y por las piedras, me he dado cuenta que las he dejado un poco de lado. Hoy mismo, las he sacado, voy a cargarlas con la próxima luna llena y voy a hacer un ritual de elegir las que mejor me vayan con mi propósito.

Voy a aprovechar la energía de la luna al máximo, de hecho, estoy preparando algo super guay de cara a este verano ;)

Journaling qué? ¿cómo he podido dejar de escribir? es que no lo entiendo. te lo juro que es como si hubiera dejado de ser yo y la vid me hubiera puesto en la arena y ahora no sé qué hacer.

O incluso, pasarme por aquí. Me encanta substack, es my happy place. Compartir notes, conocer nuevas girls, subir cartitas… La nada absoluta.

Tengo un ancla en tinta para recordarme esto justo, pero me olvidé de por qué me la hice.

Por suerte, empieza junio y con él, acaba la primera mitad del año, así que va a ser el mes-puente perfecto para hacer esa reprogramación.

Buena señal es que tengo muchas ideas, como por ejemplo, quiero hacer un mini plan emocional que nos cuide y nos ayude con el autoconcepto con el fin de reprogramarnos.

Cada día, si os apuntáis, tendremos unos tips o cositas para hacer que nos acercarán a ese ‘nuevo yo’.

Lo publicaré en notas, imagino, o en el chat. Aún no controlo bien substack. ¿Qué es lo mejor?

Ojalá sea yo la única que se ha lobotomizado y el resto siga por aquí dando support.

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B. ☻